La luna invitada
Aún de día, atardeciendo en Sevilla, la tarde de la entrega de trofeos de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, andaba la luna, ya casi llena, asomandose por los tejados de la plaza de toros, cielo azul limpio de esta primavera de invierno que nos ha tocado vivir, hasta auparse por encima mismo de la Giralda y desde allí, jugar al balón con el Giraldillo, ocre, cobrizo de atardecer. ¡Ay!, Sevilla.
Deja una respuesta